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Estas paletas no pierden de vista el terreno, eliminan los elementos desfavorables, así como rompen las boñigas y otros terrones. Su acción en superficie permite también expulsar las larvas y arrancar los residuos, malas hierbas, rumex y cardos.
Extienden los montones de estiércol, los excedentes herbosos y las toperas. Su gran anchura garantiza una distribución amplia y uniforme en la zona de pastoreo.
Los dientes flexibles trabajan con flexibilidad, limpian, airean, extienden, escarifican. Regeneran y revigorizan la vegetación de forma más regular. El hecho de que pasan muchas veces, así como la vibración generada permite también repartir el estiércol, el purín, las boñigas etc.
Gracias a dientes curvos, los rastrillos aireadores pueden cortar las boñigas y romper la alfombra de musgo y el fieltrado superficial para fortalecer la entrada de aire, agua y elementos nutritivos en el suelo.
Su rigidez y robustez permiten una escarificación más profunda y agresiva del suelo, garantizando así una aireación regenerativa de las parcelas dañadas.
Actuando como cabeza de grada, arrancan los cepellones de tierra y nivelan las toperas y otras irregularidades del suelo para permitir que las líneas de herramientas siguientes hagan eficientemente su trabajo. Se montan por lo general en muelles semirrígidos y permiten también hacer frente a los daños más importantes como los agujeros de más de 5 cm de profundidad causados por los jabalíes.
Colocados en la primera línea, los cuchillos de enrasado cortan las irregularidades más duras del suelo, aliviando así las siguientes líneas de herramientas.
